miércoles, 6 de agosto de 2025

Oasis @ Wembley



 
T-48hs- Será solo in rumor? 

Dos días antes del concierto llega por la cucaracha un dato no confirmado pero clave: a las primeras dos mil personas en entrar les dan acceso al campo VIP. 

No había ninguna información oficial pero nos la jugamos. Al final, a qué vinimos? 

T-8hs- Camino a Wembley 

Salimos de casa y caminamos hasta un M&S para estoquearnos de comida y bebida para lo que sería una larga aventura y más larga espera. 

Nos tomamos la Metropolitan line hasta Wembley Park. El tren estaba casi vacío pero ya se divisaban gorritos, indumentaria adidas y parkas que daban a entender que incluso a esta hora no éramos los únicos enfilando para Wembley. 

Quizás en Uruguay no se llegue a apreciar la magnitud del impacto de Oasis en la cultura británica (y en parte mundial) de los noventas. Fueron la pieza central del movimiento 'Cool Britannia', momento único en la historia cultural británica donde Inglaterra y lo inglés volvió a ser cool. La banda cambió la forma en que esa generación de jóvenes se vestía, las marcas que usaban y hasta la manera de hablar adoptando el lunfardo mancunian de la ciudad de los Gallagher. 

T-7hs- Primera prueba 

Al salir de la estación hay una avenida peatonal larga hasta el estadio llena de puestos de bebida y comida y stands de merch. Aguantamos las ganas de frenar a ver las pilchas y nos enfocamos en nuestro objetivo principal: conseguir la famosa cintita. 

Caminamos directo al estadio y hicimos una breve cola donde nos sellaron la muñeca y nos dieron acceso a la fila oficial. El sello sólo te daba la posibilidad de estar ahí, pero no te aseguraba el acceso, que era por orden de llegada. Si bien se hablaba de dos mil, en la fila se escuchaban todo tipo de cifras. 

Parecía que había unas cien personas adelante nuestro por lo que teníamos las esperanzas altas, aunque asumimos que esa no sería la única fila de acceso al campo tampoco. 

Nos sentamos y nos pusimos a hablar con los vecinos, unos ingleses que nos contaron que era su primera experiencia de ver a Oasis. Incluso tampoco los habían visto como solistas. Les contamos que los habíamos visto en River en el 2008 a lo que uno nos respondió: yo tenía 8 años en el 2008... 

T-6hs- Picnic en invierno 

Comimos algo de lo que habíamos traído, charlamos, y de a ratos soplaba un viento demasiado frío para ser agosto. Con razón los ingleses van a España y se vuelven locos con el clima y quedan como langostas. 

No me ponía ningún tipo de abrigo hace meses, pero me dio cierto placer abrocharme la parka hasta arriba. Bien sabemos que una chaqueta cerrada hasta arriba es el uniforme oficial de esta banda y la única manera de usarla correctamente. 

T-5hs- Filas infinitas 

Se veía como la fila crecía hacia el horizonte, y se sentía como iba creciendo la expectativa de  saber si entraríamos o no. 

Jugué un sudoku bastante difícil mientras el Mandarina hacía gestiones telefónicas. Ya se empezaba a escuchar ecos de cantos multitudinarios de Wonderwall y Don't look back in Anger que resonaban en otras partes del estadio. 

T-3hs- Fe ciega 

Apertura de puertas. Avanzamos de a poco hasta el estadio. Las entradas que teníamos las había conseguido de una forma bastante bizarra que resumiré a continuación, pero no teníamos la seguridad de que funcionaran: 

Básicamente en una noche larga el verano pasado en Ibiza me pongo a hablar con un inglés, Bradley y su mujer, un crack, un aventurero, lleva veinte años sobrio. Me cuenta que se dedica al negocio de las entradas. Le comento que milagrosamente conseguí una entrada para Oasis en Edimburgo pero que ningún amigo tuvo la misma suerte, que iba a ir solo y lalala. 

Se ríe, saca su iPhone y me muestra una planilla con mas de 300 entradas para todas las fechas de la gira de Oasis: Cardiff, Manchester, Londres, Glasgow, tenía todas las figuritas. 

"Cuál querés?"  - me dice? 

Yo incrédulo le digo que no, para, que bueno yo te doy la mía y te pago la diferencia o lo que sea. 

"Que no, que no quiero tu entrada" - me dice. 

Tímido le digo bueno, Wembley me encantaría la verdad. 

Done - me dice - tenés dos entradas con tu nombre. 

Intercambiamos teléfonos, le doy un abrazo y nunca más lo veo. Eso fue hace más de un año...

Decir que era una jugada dudosa es poco...De última si nada de esto funcionaba nos pasábamos un fin de semana en Londres, pero realmente hasta no pasar el qr por la máquina no sabíamos si funcionaría. 

T-10min- in/out

Llegando al control de acceso el Mandarina me dice:

Mirá si no funcionan las entradas. 

Me río tímidamente pero era algo que pensaba en loop hace horas, y me autoconvencía de que todo iba a salir bien. 

Miro la pantalla del teléfono de los que estaban por entrar y veo que la entrada era un qr grande con un fondo amarillo. Nuestro qr era chiquito y con fondo azul. Me saqué los lentes para chequear que no sea el polarizado pero era tal cual. Me vino el cagazo de verdad, y ya me hice toda la película. Que era obvio, que fueron al pedo, que blabla... 

Llegamos al momento cero, apoyo el qr...

Luz verde: Approved, welcome. Se abre la valla, suspiro y paso. El Mandarina pasa atrás mío. Las horas de espera y de tensión no fueron en vano y el primer desafío estaba superado. 

Entramos al estadio y recién a este punto repartían las famosas cintitas para entrar al campo VIP. Con ganas de saltearnos esta última fila y con miedo de que justo se acaben con la persona adelante nuestro esperamos ansiosos nuestro turno y por suerte llegamos a tiempo: cintitas naranja para los dos. 

Sonrisa cómplice, y sin llegar a atárnoslas bien entramos corriendo al campo. La magnitud de salir del túnel y ver un Wembley completamente vacío nos pegó fuerte: es un estadio realmente colosal. 

Recién en ese momento nos dimos cuenta de la hazaña (y el culo) que habíamos pasado. Las cinco horas de espera habían dado sus frutos. Estábamos prácticamente pegados a la valla. 

Ahora solamente faltaba esperar tres horas más... 

T-2hs- 

A la hora de espera apareció la primera banda soporte que vino bien para que empiece la música y cortar el silencio. 

T-1h- Sinfonía agridulce 

Al rato empezó el último telonero: Richard Ashcroft (cantante de The Verve, banda amiga de Oasis y también icónica del Brit Pop) y ahora sí se empezó a armar un lindo ambiente. Subió al escenario con el swag característico de estos personajes: caminando de brazos abiertos, chamarra de cuero, melena, patillas y lentes. Con una voz increíble y su Gibson acústica que lo caracteriza tocó todos sus himnos: Drugs don't work, Lucky man y la remató con Bittersweet Symphony donde ya se empezaban a escuchar los cánticos de un estadio que empezaba a llenarse.

T-20min- full house 

Las tribunas casi repletas de gente y en el campo sólo se veía un mar de personas de sombrerito y remera adidas a nuestras espaldas. 

T-1min- follando entre los matorrales

Se apagan las luces del estadio y se prenden las pantallas gigantes (con una calidad de definición que nunca había visto) y proyectan una histografía de la banda con recortes de diarios del anuncio de su retorno. Suena el audio que Noel dijo al subir al escenario en la presentación más emblemática de la banda en Knebworth 1996 para doscientos cincuenta mil personas: This is history, right here, right now, y empieza su clásica canción con la que siempre abrieron sus conciertos: Fucking in the Bushes. 

T-0min- liftoff

Entran los hermanos Gallagher caminando abrazados, con el resto de la banda atrás. Liam con su parka y sombrerito blanco avanza hasta el borde del escenario y se para, pandereta en mano, mirando fijo a las noventa mil personas que lo alientan. El ruido es ensordecedor. 

A dieciséis años de su fatídica última presentación en el festival Rock en Siene de Paris donde ocurrió aquella pelea, a más de treinta años del lanzamiento de su disco debut Definitely Maybe, Noel vuelve a colgarse la guitarra y arranca el riff de Hello, canción que abre el disco más vendido de la banda...

Como bien dijo Noel, this is history, y de qué mejor forma vivirla que con esta anécdota. 


Con respecto al show en sí, las imágenes son la mejor descripción de lo que siguió pero vale remarcar algunas cosas que me llamaron la atención:

- La gente salta, si pero en su lugar. Comparado a lo que es un concierto masivo el Uru/Arg ni se mueven. Los pogueros se matarían, pero la verdad es que fue increíble poder estar tan cerca del escenario y poder estar tranquilo cantando y no a punto de morir aplastado por una vez. 

- Se mantiene el orden de llegada. Nadie se te va a colar adelante tuyo. Te ganaste el lugar, lo empollaste, lo disfrutas. 


Y con esto y un bizcocho, hasta el 15 de noviembre en Buenos Aires, que seguro será otra historia y otro animal completamente distinto.

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